¿Recuerdas todas esas
palabras que te regalé?
¿Recuerdas cómo te enardecían
mis promesas?
Olivo
seco en fuego. ¿Lo recuerdas?
Imagino a los voyeurs de
nuestra pasión, masturbándose meses atrás.
Quedarán las manchas de tu suelo.
El placer se resume en un breve gemido.
Fuiste como debe ser un
hombre: salvaje y egoísta; duro y orgulloso.
Fue como debe ser la pasión: pura sinceridad,
oscura obscenidad.
Y yo solo fui el medio para
una efímera felicidad.
Pero volamos. Llegamos a volar.
La provocación te hacía rápido efecto:
y en tu relato y en tu deseo,
te me metiste tan adentro,
tan adentro que tendrán que lobotomizarme
para volver a la insulsa normalidad.
Y, encima, me cobrarán.
Pero volamos. Llegamos a volar.
La provocación te hacía rápido efecto:
y en tu relato y en tu deseo,
te me metiste tan adentro,
tan adentro que tendrán que lobotomizarme
para volver a la insulsa normalidad.
Y, encima, me cobrarán.
2 comentarios:
Yo opino que excelente.
Yo preferiría ser feliz pero me encanta "verte" por aquí.
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