domingo, 4 de mayo de 2014

keine lust

Estamos jodidos. Del todo. Jodidos. Es, en verdad, y de verdad, una forma muy vulgar de expresar el pensamiento común de todo cristo que, por aquí, cree, y con razón, que hemos llegado al fin y al final de una etapa de mierda y que esto no solo no tiene vuelta atrás sino que, también y además, no tiene remedio en un futuro que siempre fue una aspiración y una esperanza para mejor, o para igual.  
Lo sé porque he consultado a las estrellas y a los dioses y a los santos y a mi tía abuela Samanta que lleva muerta sesenta años y aún me habla. Y todos, toditos, me han dicho que deje ya de preguntar.
La cosa empezó, como todo empieza, con una racha bestial de mala suerte en la que absolutamente cada cosa que decía o hacía se revenía en mi contra para mal, indefectible y totalmente, para mal.
Cojo el coche, me doy una hostia, me ponen una multa, dos, tres, cuatro,...; otra piña, ¿para qué más?  Doy gloria bendita a mis invitados y todos vomitan en mis alfombras, en mis colchas, encima de mí, ¿para qué más? Los dioses han hablado. ¿Floki? Ah, no... En realidad, los tíos llevan hablando desde que existe memoria en la humanidad; otra cosa no, pero hablar, hablan y, en serio, hablan siempre para mal. Igual son varios o son uno, mas por más que ruegue, me acojone y me haga de ellos, todo me sale fatal.
Una vez, en propósito de enmienda, dejo de beber y de fumar y de ir con mujeres malas (de esas que cobran y tal) y decido decir siempre la simple verdad. Vaya desastre eso de decir la verdad. No lo hagan jamás. Al menos pasados los 30, con un trabajo, vecinos, siendo del AMPA y con familia mayor aún viva. 
Nadie quiere la verdad. Te quieren mona, sonriente, enfermita, solidaria, casadita (o casta), mas nada de verdades y menos dichas con la boca de una persona de carne y hueso y experiencias que hacen que una de cada tres palabras sean un hueso duro de tragar. Todo quisque sabe y lo sabe bien sabido. Pero no quiere que nadie se lo recuerde o se lo diga. Estamos jodidos y bien jodidos. 
Hermanas, guarden el secreto y pónganse cremita, porque la cosa no va de LUJURIA, va de mentir y va de mentir bien y estar muy guapas, además.