domingo, 18 de julio de 2010

Rilke (Poemas tempranos-1899)

Ésta es la nostalgia: morar en la onda
y no tener patria en el tiempo.
Y éstos son los deseos: quedos diálogos
de las horas cotidianas con la eternidad.

Y eso es la vida. Hasta que de un ayer
suba la hora más solitaria de todas,
la que sonriendo, distinta a sus hermanas,
guarde silencio en presencia de lo eterno.

2 comentarios:

Alruin dijo...

A veces me planteo si en la literatura no estuviera ya todo inventado. Fíjate, 1899 y ya hablan de todos esos temas que nos parecen tan actuales. Las pasiones humanas parece que no cambien con el paso del tiempo, por eso me extraña a veces tanto ver el ansia por la evolución en vez de disfrutar "de las horas cotidianas con la eternidad". Qué crack. Y eso es la vida. Habrá que leer a Rilke, definitivamente.

Pilar dijo...

Pues no leas a los griegos :) Ya lo sabían casi todo de nosotros.
Durante algún tiempo me agobié -como sólo yo puedo agobiarme- por todo lo que no había leído. Después me toco eso de especializarme hasta la médula y me olvidé hasta de mí. Ahora no me pongo más meta que gozar de cada palabra. Hacer mis antologías (no estoy yo "contra el modelo antológico") como un modo de vivir MÍO, mientras derramo el colacao o hago un nuevo bollo a mi pobre coche por mirar donde no debo.
¿Rilke?, sí.

Post scriptum pretendidamente
críptico: tengo un recoveco.
(Este mensaje se autodestruirá en breve)