Desde el camino de fuego observo el Universo a mis pies. El mal por fin ha triunfado y ya nada me queda por hacer. De tanto en tanto aparece esa obtusa serpiente que no se entera de nada. Tratando vanamente de tentarme con manzanas, canciones, arcoíris perfumados y promesas pueriles. Qué triste.
Yo ni me digno a explicarle: es un ser irracional. ¡Qué va a entender que ya no queda nadie a quien corromper!
2 comentarios:
Enhorabuena, has puesto el listón muy muy alto. El final es muy bueno.
El título me intrigó, el final, buenísimo.
Saludos enormes.
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