domingo, 15 de diciembre de 2024

Me sabe tan mal

 Curiosamente, un gesto de madurez es fingir que las cosas que han pasado, no han pasado. O quitarles importancia,  cuanta más tienen. O hacer como que lo que molesta, no te molesta tanto. Porque los adultos deben moderar su emoción. Algo que se dice como si nada, todo el tiempo: madura. Como si mostrar tu frustración, derramar lágrimas, sentir dolor o divertirse "demasiado" estuviese vetado para según qué edades. Habla como una mujer. Una señora. Aparenta por lo menos. 

Una cosa digamos triste, aunque no estoy segura de que ese sea el adjetivo adecuado, es llegar a un momento en tu vida, cumplir ya unos años, mirarte en el espejo de otro y darte cuenta de que te has convertido en una gilipollas. Una bocazas. Una impertinente.  Una pesada. Alguien que ahuyenta a quienes sí actúan como adultos. Presentables, planchados, tranquilos, seguros, educados, contenidos, puntuales, te saludan y ponen una excusa para parar lo justo cuando se te cruzan.

No sé si importa, si importan. Si tanto pierdo cuando se me compara con una que sí que es una mujer de verdad. Aunque la mitad del tiempo esté fingiendo, esa mujer de verdad, digo.  O no. O es así. No tengo ni idea. Es otro misterio. Uno de esos misterios que no alcanzaré a comprender (de ahí que sea un misterio). Como ver la diferencia,  como estar concentrada, como acertar una sola vez al menos para saber qué se siente. Como llorar y enfadarme, quejarme y gritar, como preguntar y preguntar para que me respondan hasta que no quede nadie a quien preguntar.

Así que era eso. Cuando de joven pensaba que había gilipollas, ni se me ocurrió pensar que yo sería una de ellos.  Alguien tenía que ser, claro. Tampoco era muy lista entonces.

3 comentarios:

Riforfo Rex dijo...

Leyendo esto me viene a la mente una canción de Los Enemigos:
Me alegra que
sepas distinguir
entre el principio y el final
y seas tan feliz.
Me alegra que
sepas distinguir
entre el premio y el castigo
y seas tan feliz.
Me alegra que
sepas distinguir
entre el principio y el final
y seas tan feliz.Me alegra que
sepas distinguir
entre el principio y el final
y seas tan feliz.
Me alegra que
sepas distinguir
entre el premio y el castigo
y seas tan feliz.
Me alegra que
sepas distinguir
entre el principio y el final
y seas tan feliz.
Pero a mí me sabe tan mal.
Yo no quiero ser feliz,
yo no...
Pero a mí me sabe tan mal.
Yo no quiero ser feliz,
yo no...
etc.
ES DECIR, Habla de esa gente que lo tiene tan claro, que sabe cómo tiene que comportarse una persona de su edad y todo eso. "Pero a mí me sabe tan mal"... en esas condiciones yo tampoco quiero ser feliz. En mi caso tampoco sabría... yo siempre he sabido que soy uno de esos gilipollas.

Pilar dijo...

Me gusta eso. Tomo el título de ahí. Esto es, cambio el título ese tan feo gracias a ti.

prohibido saltar (aka. una noche) dijo...

Te iba a responder yo, pero ya lo hace Sabina Urraca (nombre genial): https://www.zendalibros.com/facturas-que-me-desgravo/