lunes, 12 de noviembre de 2012

Activistas de la nada

Hay que encaramarse y esperar lo peor. 
Levantar un muro y acumular piedras. 
Como en los días de agosto 
en que los viejos se desploman en las aceras, 
o en el tiempo de la ventisca y la helada, 
en la terrible humedad, 
o en enero cuando los gatos gritan de dolor. 
Tormentas acechan allá en el mar, 
donde el rayo serpentea 
y la luz hace más oscura la noche 
y las gotas caen como balas. 
Y habría que armarse de valor 
para aventurarse bajo el aguacero, 
pero nos armamos con palabras.
Es, en puridad, la historia circular de la vida de las arañas.
Tenemos casas, no vivimos en casas, 
somos poseídos por las casas. 
Y la tela del suelo es pegajosa y nos atrapa. 
Y lo que hay bajo nuestros pies nos amarga
y nos es ajeno y nos extraña. 
Y razón no nos falta. 
Razones no nos faltan. 
Andamos armados de razones, 
cargados de razones, 
como ratas hambrientas 
defendiendo su derecho a sobrevivir. 
Y como ratas, nos aferramos, 
y como arañas, tejemos, 
y como siempre, estamos aterrados. 
Y algo nos hace peligrosos, nos embriaga y nos da alas. 
Las alas de un fantasma. 
Y prometemos, juramos que nos asquea el deseo. 
Mas ¿no es sigilosa la araña? 
¿No es, acaso, hacendosa, limpia, 
impecable en su perpetuación de la especie? 
¿Y no lo es, asimismo, la rata? 
¿Y no, si lo pensamos un poco, es normal alzar vallas, 
romper espejos, acumular canas, anécdotas, camas? 
Qué otra cosa queda sino encaramarse a una balaustrada 
para evitar mojarnos los zapatos 
y armarse en espera de la guerra que avanza; 
desde el otro lado de esa pared hacia nuestra casa. 
Porque, además y después de todo, el mundo se acaba. 
El tiempo se acaba 
y cómo retenerlo, 
cómo hacernos eternos 
sino siendo dueños de todo lo que nuestra vista alcanza.


3 comentarios:

Riforfo Rex dijo...

he de decirte que tus textos hay que leerlos varias veces y que en cada lectura se van montando como un puzzle, así me pasa a mí al menos. En la primera lectura siempre me parecen confusos. Luego me va apareciendo un sentido. Y eso me parece bien porque vuelve uno una y otra vez al texto.

LEONARDO dijo...

Me gusta tu prosa, tu poesia, tu voz estimulante y nihilista. Literatura de combate de quien ya no cree en nada, pero que aún arde.

"Me declaro en estado de guerra total"
FRITZ ZORN (Bajo el signo de Marte)

Saludos de otro activista de la nada, desde Valladolid.

Pilar dijo...

Otro saludo para ti, Leonardo. Y un abrazo, Ricardo.