domingo, 29 de diciembre de 2013

Navidad en Tony2 (II)

Yuri no aparece por ningún lado.
Michel está recalentando pollo con verduras en el compartimento de gravedad artificial, mientras yo, con disimulo, floto en la cabina #2 buscando licor en cada hueco del cubículo.
Es la costumbre estelar que cada quien que llegue a la estación espacial traiga un presente y nada más apropiado en todas las fechas que una botellita de tal o cual cosa propia de la nación del astronauta visitante en cuestión. Así, como el plasta de Michel es abstemio y nadie en su sano juicio viene para quedarse más del tiempo de repostar o arreglar algún desperfecto o refugiarse de una lluvia de basura espacial que se acerca a toda leche y evitar que te joda vivo, la deducción lógica es que en algún sitio de la estación debe haber un mini bar enorme.
Me pregunto dónde estará Yuri.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yuri se despistó. Pensó, pensamos, que la tierra plana permite un flash-back y se fue con Alejandro II al estreno de la "1812" ochenta años después de la guerra. Pero en 1882 Yuri se quedó pasmado cuando sentado junto al zar vio al tierno, melódico y dulce Igor, abusando de modo estridente del metal en una historia bélica que era sólo narrada. ¿Para qué tanto ruido? Despavorido, se escondió en un palacete todavía derruido hasta que pudo salir de la Gran Madre Rusia. Los otros días, en Weimar, me encontré con un hombre al que llaman Wassily. Y él mismo me contó que al volver de un lugar que nombraba "Luteranian" había escrito un libro titulado “De lo espiritual en el arte” y que allí dejó olvidado su cuadro “Azul, para azul, violeta”. Ahora quiere fundar una escuela: “La nueva Bauhaus”. Pero no se lo permiten. Casi nada serio ya permiten. Sin embargo, estar, yo sé que está en Weimar y sé que su nombre ya no es Yuri. Aunque seguro que hay otro Yuri, el Yuri de Toni2. El arte cuántico tiene esa ventaja. L.F.

Anónimo dijo...

¿Que no existe Yuri? Que le pregunten a Alma quién le escribía en 1922… (olvido imperdonable) L.F.