jueves, 28 de abril de 2022

Agorafobia 2.0

17:00 h, en un pueblo español anónimo, a orillas del Mediterráneo, donde ora llueve, ora hace sol, ora se levanta un viento huracanado, ora tenemos una plaga de barro que -insisten- es polvo desértico. Salgo de casa, tras días o semanas, por cuestiones burocráticas que, ¡oh, Dios!, no se pueden resolver de manera telemática. (¿Es que no hemos aprendido nada en estos dos años? Pues se ve que algunos, no). 17:35 h, vuelvo a casa con cuatro cajas de café y dos de desodorante, con taquicardia y otro porrazo en el coche. Claramente, mi plan es no volver a salir jamás. 17:40, mareada por el aire puro, rezo para que me dejen en paz. Fin PD: Transcribo este parte ahora (22:46 h) que han dejado las manos de temblarme.

2 comentarios:

Riforfo Rex dijo...

Yo te imagina más agrofóbica que agorafóbica. En cuanto a los coches creo que tú y los coches no es precisamente un amor a primera vista.
Saludos desde el paraíso. Donde cada día es un ir saltando de alegría por praderas de amapolas bajo un amable sol. Y el mar.

Pilar dijo...

En realidad, R. mío, todo, absolutamente todo, es mentira (menos lo del coche, todo sea dicho). Y el campo, siempre que no sea un erial, me gusta bastante.
Pd. Lo de "paraíso" va a ser por tanta amapola, me da a mí...