Pasa a veces que te disparan con flores o con dibujos de flores y frases de Paulo Coelho, con buenas intenciones de ositos Haribo y tarta de chocolate y con piropos que son directamente proporcionales en fuerza ilocutiva al nivel de alcohol en sangre del proferidor.
Y empiezo a pensar en intermitencias e interferencias y en ondas sonoras agudas y saco el chaleco del FBI que me regaló el amor de su vida, que cuando decidió que no habíamos ido bastante al campo, tardó en reemplazarme un par de horas de esas de dormir la siesta abrazando al gato.
Ya. Bueno, me pongo el chaleco. Para siempre. Algo es algo. Salir con un loco con su búnker y su perímetro de trampas de osos tiene sus cosillas también, pues, al ser bipolar, la mitad del tiempo eres la más guapa, la más lista y el amor de su vida y de la vida de todo el mundo. Yo creo que eso no está mal como average. Echas cuentas y has sido la hostia un año y medio. Pero el chaleco me viene mejor. Un osito Haribo a 200 km/s es muy peligroso. Y unas flores con leyenda ya te matan.
2 comentarios:
Si es que vas provocando con tu belleza desgarradora, tu alegría deslumbradora, tu simpatía encantadora, tu "profesía" ilustradora.
Pos como tú, má o meno, Riforfito :P
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