viernes, 8 de junio de 2012

"Mi poeta"


Aquel que tiene un tornado en el pecho
que aflora por sus labios y por sus dedos
ideando palabras, masticando versos,
que acaso no dicen nada, mas podrían ser
-pasó alguna vez-
tormenta feroz y lasciva,
lluvia fina que amansa,
brisa ardiente que inflama.

Solo en lo que miente dice alguna verdad.
El sol de la pena
y el sol de la esperanza
y el sol de la alegría le abrasan.
Conoce lo imposible y lo perfecto
que anidan en su alma.

El poeta toca una cuerda invisible
con su deseo.
No son palabras: es el corazón,
que de algún modo se arranca
y deja entre tus manos
como una amapola caliente
que palpita, que te mira,
que ahora ves y ahora no ves.

Dirá: te regalo mi corazón,
lo guardaba en mi pecho,
brillante, como el placer
que algún día te daré.

¡Oh, aquella está perdida!

El poeta necesita estar loco.
Así esa voz, díscola e incontrolada,
que tantas veces embriaga,
que inventa sueños y eleva almas,
viaja en un fingido navío.
Disfraces inventa el que simula,
cuando necesita sobrevivir
al amor o al vacío,
a su impulso
de enriquecer un ápice
la esencia del mundo.



3 comentarios:

Calamardo dijo...

Me gusta. Las imágenes del poema son evocadoras. ¿Se te podría aplicar también a tí esta descripción como poetisa? A mi me parece que no, tus poemas transpiran verdad, no artificio.

omar enletrasarte dijo...

todo eso hace, creando, el poeta,
pero muchas veces la poesía lo atormenta
saludos

Pilar dijo...

Un abrazo, Antonio, Omar.