sábado, 14 de julio de 2012

Yo soy mi rabia


No lo siento: "Yo soy mi rabia".

Esperaré a dejarte para escribirte una carta. Una carta digna, una carta dramática. Cogeré una angina de pecho y la soltaré para pimplarme unas cuantas. Luego toseré e iré a una clínica o un balneario a la Suiza francófona. ¡Oh, las montañas! Enormes cúspides como senos llenos de leche materna. Ñam, mami, te echo de menos. Nata con dulce de azúcar es la infancia. 
De día, tomaré las aguas; de noche, tomaré Sodoma. Siempre la esperanza de vencer, romper, violar, fenecer. Siempre el sueño de ampliar el imperio con el enorme tótem de carne que todo lo cura y cuyo tamaño, como el del Universo y el del reverso de todo coño, es tan relativo como mi orgullo y tu amor de tuno salmantino, pasado perfecto de subjuntivo. Tratamiento completo para tisis, sífilis y locura histérica transitoria. ¡Ah, Suiza y el aire helado y puro de la montaña! Las gordas rubias con trenzas y la música insufrible de aquel vacuo lugar donde la idea es superar la conciencia cívica y blanquear dinero como en México blanquean anos.





Todas las mujeres, amantes entretenidas, todas las que no lloran ni sangran ni rezan durante el sexo son las grandes putas de la historia. Ninguna escribirá un libro, un poema, un panfleto. Ninguna comandará una causa, ninguna firmará un decreto. Pero, oh imbéciles, cada una de vuestras amadas, cada madre adorada, cada maestra venerada... pertenece a nuestra casta. No hay mujer libre que no sea de mi estirpe y vosotros, bastardos, sois los hijos de la que nunca será amada.

7 comentarios:

Calamardo dijo...

Es verdad, está lleno de rabia, me encanta. Me alegra volverte a leer.

Riforfo Rex dijo...

hay una parte que me recuerda a "La Montaña Mágica"

Anónimo dijo...

Cualquier comentario me remite al título de este texto.

Saludos Pilar, me gustaron las metáforas que utilizaste. Mucha fuerza y mucho ritmo.

Anónimo dijo...

Salí anónima, soy Yunuén.

omar enletrasarte dijo...

directo, genial
saludos

Anónimo dijo...

La rabia contenida de una mujer que no vierte la sangre que derrama mientras ama esconde ese acto inicuo de creatividad deforme en el que tras una figura embozada se consagra la tumefacción desmedida que el amor siempre suele irrigar en las entrañas. Sencillamente, un post extraordinario.

Pilar dijo...

Calamar, R., Yun, Omar, os mando un abrazo.
Anónimo...