domingo, 17 de noviembre de 2013

nadie reclamará mi presencia

Me gustan las mentiras, la guerra, las lágrimas, los principios, ... Y ojalá estuviésemos siempre empezando algo, o con la sensación de estar empezando. Nunca se estancaría nuestra sangre en ese instante sostenido de frustración y normalidad, de vulgaridad y mezquindad, nunca se agostaría nuestra sonrisa ni irían más lentos los latidos dentro del pecho escurrido.
¿No te lo avisé? Soy un peligro, un desastre, una adicta, un veneno. Solo amo con locura a la vida.
No soy buena para nada, para nadie. No soy ni quiero ser algo más: no escondo las respuestas, no ofrezco una salida, no soy lo que deseas.
Me saldré de una curva a 150 una madrugada cualquiera. Dejaré atrás a todos y todo. Ya nadie me dirá que experimente la calidad del expreso, que use cremas antiedad, que compre parches para dejar de fumar; que tenga estilo, calma, presencia; que me cure la impotencia, la frigidez, la inmadurez; que responda al teléfono, a los mensajes, a los emails; nadie reclamará más mi presencia para desgastarme a base de exigencias.

1 comentario:

El Guagüero dijo...

Conduzca con precaución y deje que sean los demás los que decidan qué es usted para ellos.