Querido Byung-Chul:
De verdad que ya no sé qué hacer. Me quedo en casa en pijama sin peinar ni lavarme la cara como acto de rebeldía y resistencia. No hago nada. Me tiro en el sofá, cansada. Pienso en ti. En otros. En mí. Leo un poco. Hoy le tocó al Salinger. Me da por ahí y me sigo la corriente. No consumo, pero como. Espero que lo entiendas. Me da palo confesar que son precocinados para microondas, consecuencia en parte de la política hostil contra la autoexplotación, osea, para no hacer nada de nada. Cuando me harto, me arrastró al lavabo a hacer pis, me quedo sopa ahí sentada, despierto con dolor de nalgas y vuelvo al sofá. Pongo la TV. De verdad que lo siento. No estoy segura de qué es resistencia y qué consumismo y qué estupidez ni de si puedo o no leer tu perfil de Instagram sin traicionar mis/tus principios. Así que pienso alamierda y pongo una serie, basada en un bestseller, de desapariciones misteriosas y una detective que fue la novia del sospechoso, ahora desaparecido, e hija del finado por voluntad ajena. Es una porquería. Penosa. Mala hasta decir basta. Voy por el capítulo 4. La he parado un momento para preguntarte si sigo o me voy al centro a ver las luces de Navidad (que es bromaaa!) o si salir a correr con tenis Nike se consideraría totalitario, emplán, que me esclavizo y encima valoro positivamente que los demás me vean correr como algo positivo y, por si nadie me ve, me hago una foto o le ordeno a un desconocido que me la haga él, estirando o dando saltitos, para subirla a todas mis redes. Pie de foto: para bajar los aguacates 😉. Ya. Ya. Mejor cambio de postura y le doy al play.
Soy muy muy fan.
XOXO
Citizen X (Transparencia cero)
No hay comentarios:
Publicar un comentario