viernes, 15 de julio de 2022

A una

Sea por lo que fuere, a una le gusta la gente que realiza trabajos útiles y que ayuden a vivir mejor a los demás. Un poco como Will Hunting, creo que es mejor hacer casas y ganar poco que derruirlas, jugar en bolsa y hacerte rico, con cochazo y mujer e hijos rubios con cuatro apellidos. Llámenme imbécil. Si tengo que elegir entre alguien con tres másteres (de pago) que tiene una mansión o un guapísimo albañil que está todo el día currando al sol con dos botellas de lanjarón rellenadas con el grifo, me quedo con el número 2. Qué hago. Estoy de seres pedantes y adinerados, de buena familia y con mil compromisos, hasta el copete. La verdad. Y, aunque más me valdría hacer de mi escaso atractivo y los días que me quedan de juventud para hacerme con un buen partido, prefiero hartarme de reír, oír frases que ninguna dama debería oír y ser feliz así "en plan barrio", porque también una fue de barrio y cuando oye hablar su "dialecto" se le saltan las alarmas de las simpatías, la alegría y el deseo. Arruinadita, pues, como en una copla de mucho folcklore y machismo anticuado, va una por la vida, rechazando propuestas de abogados no tan feos, mas idiotas y sin gracia. Y creo que me quedo para vestir santos, pero -oiga- con mi dignidad intacta y con amistades normales sin rango ni alcurnia, pero con muchas risas. Seguramente, esto debería tener un final, una conclusión, un consejo, una cosa de esas que tienen los cuentos medievales tipo el Conde Lucanor. Como una moraleja, que ya me suena a barrio pijo y no la uso sin ser la pobre palabra término desagradable en su sentido ni en su forma. Pero prefiero no dar consejos que el conde sabrá qué hacer y yo, aunque no lo sepa, ya veré con quién comparto mi tiempo y de quiénes me alejo pitando con excusas muy educadas. A vivir, que son dos días y ya he gastado tres. Besos, hermanas. Abrazos, resto. PD: Habranse ustedes dado cuenta de que no he incurrido en la conversación de ascensor, harto necesaria por otra parte, de qué mierda de puto calor hace que nos vamos a morir. Ni he hablado de las cantidades de hormigas y cucarachas que he tenido que masacrar estos días para mantener mi casa a salvo de asquerosos bichos preludio del fin del mundo. Lo hago por ustedes. No querría que pensaran en mí, toda señorita, pisando descalza arañas e insectos que parecen alienígenas con una sonrisa de maldad disfrutona en la cara (yo, que los bichos -estos al menos- no sonríen). Así que no lo digo. De nada. PD2: Una postdata es poca cosa y creo que merezco decir que hasta el maldito lunes con sus obligaciones de mierda no me pienso poner sujetador. (Pal que no lo sepa soy una tía, aunque no lo parezca).

5 comentarios:

prohibido saltar (aka. una noche) dijo...

Muerte a bichos inmundos: los ricos y los que preludian el apocalipsis. Y larga vida a las posdatas, di que sí

Pilar dijo...

Nocturna viajera. Te "leo" muy bien.
Yo también soy egresada... de tantas, tantas, tantas cosas que ya no sé de dónde no he salido ni dónde me queda por entrar. Así que estoy como en tierra de nadie. (Mal no se está, la verdad).

Anónimo dijo...

Qué sepas que no te vamos a invitar más a la partida de bridge, my dear.

Pilar dijo...

Merecido lo tengo, mi arma.

Anónimo dijo...

Pues a mí los "pedantes" adinerados ni se me acercan, no sé si por mí escaso atractivo o por anunciar en mi página de citas que soy "de izquierdas" y es que eso, últimamente, no se lleva. Igual que no hacer "trekking" o no tostarse al sol en la playa. ¡Qué le vamos a hacer si esta es una rara! Una que no mira la profesión de los candidatos y a quien hasta le da igual si están en paro o jubilados porque una "arruinadita" tampoco se va a quedar, que para eso aguanta una lo que le echen en el trabajo. En cuanto a formas de habla, el mismo dolor te puede causar alguien que "cecea" que quien habla un "perfecto" castellano. Y es que la mayoría de las veces no es con mala intención, sino por desconocimiento de cosas que no están en el currículum universitario.