domingo, 9 de enero de 2011

Antes del incendio


A veces no verlo todo es la única opción. Percibir apenas; captar una impresión. Fugaz y leve. Después, quedarte ahí con los ojos abiertos, la mirada perdida, la imaginación en pause, posada en el borde de alguna copa, quizás una taza, que inestable sobre una mesa de papel se romperá en mil pedazos en cuanto el viento sople. Y el viento siempre sopla. Siempre sopla.
El corazón del pájaro está cansado. Simula que nada le preocupa excepto su alimento. Sin embargo, presiente el peligro del lugar donde se halla, un fuego que lo devorará, pero del que por ahora no puede escapar. No hay jaula ni hay trampa ni ataduras que le impidan volar. Solo el deseo de quedarse ahí. Ahí mismo, quieto sobre esa taza de bordes cálidos que aún huelen a tus labios, que todavía saben ligeramente a ti.


Ilustración de Clarulina, Miss Celánea.
Colaboración en "Escríbeme una ilustración"

3 comentarios:

Luna dijo...

Que bonito texto. Sobre todo el final, imagino un amor melancólico...

Saludos enormes.

artistalight dijo...

Querida Cartaphilus,mepareció hermoso tu relato, lo dije en la página principal y te lo repito aqui, nosé que pasa que no hemos tenido muchas visitas en nuestra publicación, pero que sepas que está bello :)

Pilar dijo...

Gracias a las dos.
Un fuerte abrazo