Yo, que apenas he conocido la ciudad ni el campo, que desconozco los
misterios de la simiente y los ladrillos, que espero despierta en la noche
ladridos y aullidos, música de chicharras y grillos; que, sin salir de este
laberinto, he imaginado las guerras y los partos, la mezquina condición del
hombre y sus juegos; que, sin marchar, he vagabundeado; y, junto con otros
mendigos, he bailado, tocado la flauta, robado; que he dado masajes en salones
de té en mi época extranjera; que nadé en una playa de Tailanda donde los
dioses escondieron el paraíso y su secreto; que, confusa, he vivido mil vidas
todas falsas, todas plenas, soñadas en el bosque o en sucios locales, rompiendo
la promesa de ser yo, vagabunda y extranjera.
Linguaggio dei corpi-Pier Toffoletti |
4 comentarios:
Quien no tiene sueños en verdad no vive. Hermosa confesión de una soñadora.
Tú, vagabunda y extranjera, ¿por qué arrojas al arroyo tu última moneda? ¿Qué mecanismo ignoto te impele a perder parte de tu ser rociando -¿sobre quiénes?- la preciosa metáfora de tu intimidad? ¡Ah, el misterio poético envuelto en tinta negra!
Terrible y poderosa la tentación de soñar más de lo que se vive, ignorando la simiente y las chicharras.
un extraño autoexámen
saludos
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