viernes, 3 de diciembre de 2010

usted qué ve


El duende verde que habitaba en su cabeza se lo dijo: “Nunca navegues, huye del trece, sacrifica al gato negro”.
Lo atormentaba el cruel hecho de que el número trece le rodeaba, le asediaba. Una vez al mes, el trece; sus hermanos, trece; las horas del día, trece; sus seguidores, trece; las citas médicas, todas en trece. Su edad, múltiplo de trece (y mira que es difícil). La dirección calle Argentina nº 13. Así, cada día bregaba con el trece como con tantos obstáculos. Además, últimamente el continuo cruzar de los gatos siempre negrísimos en lugares inverosímiles. Ya desde pequeño había sabido leer las señales y aquello era inapelable. Se trataba de un mensaje claro, diáfano, una orden, un designio que había de afrontar. El día trece de diciembre, mientras cortaba leña detrás de la cabaña donde vivía, alejado del mundanal ruido, sonaron trece golpes en la puerta delantera de casa, la que quedaba junto al embarcadero. Se asomó, hacha en mano,  y lo reconoció enseguida aunque estaba mucho más grueso: su duende verde venía en busca de su destino.
Título: daltonismo.

Dedicado al duende verde del Sr. Guau



Concurso de "Minificciones"  http://minificciones.com.ar/?page_id=91#comment-13756

4 comentarios:

artistalight dijo...

No quisiera adivinar, pero...lo partió en 13 pedazitos verdes? :S Bueno de todos modos me encantó leerlo :)

Maite dijo...

Dios mio, pero, ¿qué le ha pasado a Papá Noel que se ha vuelto verde y parece muerto? ;-)
Un abrazo grande

Anónimo dijo...

Gracias, C.

Atte: Señor Guau y el duende verde comiendo Suchard :)

Pilar dijo...

Artista, yo también creo que eso es lo que pasó pero no estoy segura: no quise mirar.
Maite querida, ¡menos mal que aún nos quedan los Reyes Magos! Si no, cómo se lo explico yo a mi hijo.

Abrazos a los tres :)