lunes, 6 de junio de 2011

De mujeres, ánforas, incidentes y culpa

Se me quebró la caja de raudales
Se abrió de sopetón
enfrente de mí
Que ni la toqué
y me sobresalté
e incluso ridícula traté
de sentármele encima
para frenar la furibunda masa de nada
que brotaba a borbotones.
De golpe.
Falanges, maldiciones.
Falacias, preposiciones.
Invisibles turistas borrachos.
Forma y substancia fónica.
Fuego, llamarada.
Dedos, orgasmos.
Cuernos, decepciones.

Lo sé, lo sé…
Lo de los cuernos ¿verdad?
¡Pero no fui yo!
Que ni quedaba cerca.
Además, de todos los incidentes
¿por qué este iba a ser peor?
Por los cuernos, ¿verdad?

¡¿Qué?!
¡No me disculpo!
¡No y no!
¡Ni salgo a la intemperie
con el cazamariposas a rebuscar en las esquinas!
Lo que escapó, escapado queda.
Vaya libre.
Nunca vuelva.

Anita Kreituse

3 comentarios:

Anatolio... dijo...

Me ha gustado,
sobre todo el final...
Que sea o no
buena poesía
¿quién?, Pilar,
lo ha de fijar.
A mí...
Me encantó,
y nada más.

Pine Apple dijo...

Yo digo que la imagen del cazamariposas me ha encantado.

Pilar dijo...

Gracias a los dos. Un abrazo.