viernes, 7 de octubre de 2011

De mayor no seré nada; solo sentiré el viento helado cortando mi cara, despeinando mis cabellos, mientras miro el cielo estrellado. Aunque intuya algún encuentro, algún viaje, no habrá nada. Nada. 
Planeaba escribir, pero no lo haré. Si sucumbo, quemaré cada hoja. En un crematorio que no limpiaré. 
De mayor no volveré al cementerio. A sentarme entre panteones y flores marchitas, y oler el aroma de la naturaleza muerta mientras tomo absenta. Y no seré sepulturero, ni porteador, ni conductor de coches fúnebres. 
No tendré estómago, no comeré. Nunca leeré el diario de aquella mujer. Ni miraré las fotos de juventud de algún desconocido, perdido para siempre. No aprenderé ni haré una canción. No jugaré. Nunca jugaré. No andaré entre trigales, buscando. No distinguiré un limonero de un ciprés. No doleré. No seré memoria, ni harán ruido mis pisadas. No caminaré kilómetros sin sentido, marchándome. Las hojas que caen incansables no me tocarán.
De mayor seré el viento y las estrellas y la nada. 

2 comentarios:

Puck dijo...

Me ha gustado mucho esta vida negada, o esa no vida, ese viento, esa nada
Saludillos

Unknown dijo...

Una ambición desmedida demuestra, también se puede ser grande por abstención.