miércoles, 19 de octubre de 2022

Expectativas

No es por meterme con la RAE ni con su diccionario, pero en algún punto me falta la cuestión de que las expectativas no tienen que ver con uno sino con los demás. Así, últimamente he notado que ciertas personas con grandes cualidades y maravillosas en todos los sentidos, lo son porque su familia o su círculo cercano ha tenido fe ciega en ellas. Las han adorado, alabado y han considerado que eran algo más que perfectas. Desde que eran bebés en la mayoría de los casos. Algunas de esas personas se han sentido tan bien con ese cariño que, al mismo tiempo, se han sentido responsables de no defraudar las expectativas de los que las tenían en un altar. Por usar una expresión como hay cincuenta mil sinónimas: en un altar, muy alto, quizás demasiado alto e irreal. Y, de nuevo, últimamente, veo con claridad que estas gentes van de un lado para otro buscando ser perfectas para no bajar el listón de lo que de ellas se espera. Lo hacen con desesperación a veces. Con, también, convicción. Con tropiezos encubiertos y justificados por cuestiones ajenas a su valor. Algunas acaban mandando todo al carajo el día que se descubre su ser normales, vulgares, del montón. Otras, erre que erre, dan de sí más de lo que pueden, ocultando su humanidad. Otras, simplemente, son perfectas, eficaces, ideales, con belleza objetiva en todas las latitudes, memoria prodigiosa y sentido del humor inimitable, además de modestas. A algunas de estas las conozco. A las otras las voy conociendo. En fin. Que me falta en el diccionario una acepción terapéutica que aclare que, a veces, las expectativas son una mirada bondadosa y fiel (canina, casi) del otro que empuja como acicate a algunos individuos y, a veces, los convierte en lo que los otros ven en ellos. Expectativas. Del latín exspectātum, sustantivo femenino plural, a veces, también en singular. 'Reflejos de los deseos ajenos sobre un individuo'. 'Lo que se espera de alguien excepcional y perfecto'. 'Objeto inalcanzable que caracteriza la mirada de los demás sobre una persona'. Dedicado a Paloma.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Espero que Paloma reciba estas palabras. Yo, aún así, soy una de esas masocas que te lee todavía y me las aplico un poco, en lo que me toque.

Siempre el mismo dijo...

" Otras, simplemente, son perfectas, eficaces, ideales, con belleza objetiva en todas las latitudes, memoria prodigiosa y sentido del humor inimitable, además de modestas": Sí, hay gente que parece ser así y da mucha rabia porque no hay por donde odiarlos.

Me gusta la segunda definición: "Objeto inalcanzable que caracteriza la mirada de los demás sobre una persona". Debe ser terrible ser el objeto inalcanzable que otra persona ha decidido que tú eres. Esa sensación de estar siempre defraudándola. O, peor, esa sensación de esa otra persona, de haber sido "engañada" y tú sin comértelo ni bebértelo, sin saber qué pasa. --a mí no me ha pasado nunca, solo hablo de oídas--

Anónimo dijo...

Esta entrada me recuerda al ello (id), yo (ego) y superyó (superego) de Freud. Esas expectativas de los demás que hacen que el superyó castigue al yo cuando sucumbe a la tentación del ello...
Tal vez deberíamos liberarnos un poco más de las expectativas de los demás y buscar más el placer.