sábado, 7 de abril de 2012

Habrá una cura


1.
Siempre se puede explicar de modo racional:
falta de serotonina, 
astenia primaveral, 
demasiado alcohol  (o su repentina falta), 
síndrome premenstrual.


Igual al fin un suicidio no es más que un modo de morir.
A la carta.
Lo mismo que si te explota el hígado 
y queda la pared como un cuadro de Pollock.
Como un halos solar en Malasia.
O una bomba de hidrógeno.
O una revuelta en la granja.


Little boy y Fat man forman una seta psicotrópica
de la que ya nadie se espanta.


La vida como una ráfaga revuelve las hojas caídas 
y crea expresionismo abstracto en la puerta de la farmacia.


2.
Hegel, Marx y Freud tomándose unas cañas.
Discutiendo con frenesí (¿sustituto del sexo?)
sobre los motivos, las medidas, las soluciones y las causas 
de que un equipo gane al otro en la gigantesca pantalla.
Se agarran a golpes, el primero en dar es Marx 
pero Hegel no se achanta.
Freud trata de mediar, 
mientras por lo bajo da tarascadas.
Yo, si fuera usted, no aparecería por aquí mañana.
Llueven ideas y llueven palabras; 
llueves guantazos y llueven patadas.
Comprometidos con el compromiso de revelar.
Revelan una inutilidad que cansa.





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