miércoles, 23 de mayo de 2012

Arrepentirse es lo que todos hacen


No me acuerdo, ni recuerdo cómo te encontré, de qué pesadilla escapado te me topaste como un griego panza arriba que tantos siglos leyó en las estrellas el destino del Hombre y lo dijo todo una y mil veces.



Ni sé ni quiero saberlo cómo vives, qué haces en martes y jueves, cómo masticas, si sorbes la sopa. A mí qué. Si un relámpago beodo equivoca su rumbo y su ser y se convierte en rayo y te fulmina mientras seduces a la sirena en la orilla de alguna playa cotidiana y atestada. Alguna ninfa con cola de pez postiza: la mujer de tu vida.


Peor para el caprichoso de poseer a otro. Qué quiere. Moldear la noche y envasarla en palabras. Si juegas y te quemas y desapareces, siempre alguien te reemplaza. Tú serás siempre un tú, un ladrón, alguna quimera embustera, que emula los pasos perdidos del padre al que venera. 


Odiar la luz, la mañana, la luna dormida. 
Amar el olvido, la orilla, la musa.


El que sueña con marchar, ser Eneas, ser marino, náufrago, pirata. ¡Ese!
Destrozar la quilla contra el verso de la isla y ser somnoliento mientras duerme. 
Tantos hombres que ya fueron y nunca serán.


El brillo se apaga odiando, amando. Mancillando a la doncella para hacer que el mundo dé la enésima vuelta en torno al Sol. 
Si es una misión: navega, naufraga, sé Eneas. Pisa la flor, desvirga a la virgen y mata al ruiseñor para mañana huir otra vez.


Pensar suave, como estar vivo. 
Como saberse vivo. 
Como saberse vivo durante un tiempo indefinido. 
Saberse en este mundo por una larga temporada.


Si te haces viejo durante esos viajes que no has hecho, sabrás que la suavidad se disipa y un día aparece un quejido inaudible desde el centro del pecho que te avisa. Hola, ya acaba tu tiempo. Ve recogiendo. Lleva contigo, -te reto-, algo que hayas conseguido. Con nada de lo que has acaparado aquí te dejarán cruzar ese río. Y te arrastrará esa fuerza por más que te agarres y te quemes las uñas contra la tierra y hasta con los dientes te resistas. 
¿Pesadilla, dices? Tendrías que haber espabilado antes. Ni un paisaje retuviste, ni un sueño cumpliste, ni a una mujer de aquellas amaste. No, no hay prórrogas, aquí no hay revisiones, nada de esto se posterga. Ahora es ahora. Arrepentirse es lo que todos hacen.




4 comentarios:

Unknown dijo...

Los arrepentidos se forman en la entrada de su propio infierno.

Riforfo Rex dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Calamardo dijo...

Nada material llevaremos con nosotros cuando crucemos el Aqueronte, sólo recuerdos, buenos y malos recuerdos.

Es un texto furioso e iracundo, un dedo acusador acompañado de palabras duras, una flecha bien apuntada. Me ha gustado, y también herido.

Pilar dijo...

Un abrazo a cada uno. El lector manda ^^