miércoles, 31 de agosto de 2011

Siempre fui una egoísta y no lo supe. Tampoco era tan feliz pero sí más que después cuando ya todo me preocupó para el resto de mi vida. El día que nació mi hijo cambié en eso y en todo. Sigo enamorándome. Sintiendo celos. Amando como loca. Luchando como loca. Pero ahora, además, miro a ambos lados antes de cruzar la calle. No por miedo al dolor del golpe, del atropello y de la extirpación. Sino por miedo a no estar el día que él me busque y me necesite. Es solo por él que a veces sobrevivo a cosas letales, a palabras que vienen como espadas, a silencios, al vacío, a la nada.
Pienso hoy que quizás deba comer mejor, no beber, no fumar, dormir más. Para que me coja fuerte y sana el día que sin duda llegará. El día de su fuga, de su encarcelamiento, de su hacerse de una secta. Un día que siempre llega. Acaso una ventolera venga y se lo lleve lejos y solo tendrá mi palabra que lo aliente y la necesitará. Ese día quiero pensar que estaré de su parte, ante todo. Que recordaré mi infancia, mi adolescencia, mis errores, mi humanidad. Pagaré fianzas e hipotecaré mi casa. Te diré adiós aunque después me crea morir de pena cada pequeño instante que me pare a pensar. Lo sacaré del agujero y lo salvaré para que siga solo, para que por fin me olvide y tenga su mujer, sus hijos, sus problemas y su vida. Ya entonces y solo entonces tendrá sentido morir o quizás vivir de nuevo únicamente para mí.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

No me gusta. No hay esperanza. Hay claudicación. Y nada merece eso.

Anónimo dijo...

Un hijo sí.

Anónimo dijo...

¡zas, en toda la boca!

Anónimo dijo...

Ella es la madre bruja que con sus conjuros mentales repetidos y repetidos -como una oración al universo- nos destruye por amor, para demostrarse y demostrarnos su amor atormentado, culposo.

Pilar dijo...

Culpa, sacrificio, responsabilidad, miedo, amor a rabiar. Todo eso y más. Como decía la madre de un amigo: "lo sabe quien la lleva".
:)

b dijo...

Bueno, bueno, que no es para tanto....esto de la maternidad es simplemente para toda la vida y es mejor vivirla bien ...