miércoles, 24 de agosto de 2011

Sueños cinéfilos

Faye no está. Nos dejó. Exhaustos. Marchitos. Como quienes pudieron reinar y apenas tocaron el sueño. Resignados. Desganados. Peleados todos con todos. No tenemos ganas de escribir. Todos hemos recaído y nos hinchamos de droga y vino peleón.
Vuelvo, lo confieso, una y otra vez a las fotos de Faye, a sus vídeos. De repente, recuerdo lo que me gusta el cine. Todas esas reinas, esa fuerza. Las mujeres fatales y las princesas. Todas tan distantes, tan cercanas, tan bellas. Y resulta que hace tiempo que no veo cine. Me la paso pegada al ordenador, leyendo cuentos cortos por deferencia de Ignoria, Culturamas o Narrativabreve, los post de Hugo. Las entradas esporádicas de Alruin y Celia. 6 libros al mismo tiempo. Pero una peli entera me da pereza. Debe ser algo que he cogido. Hoy revivo el placer de visionar El maquinista de la general, Matar un ruiseñor, Primera plana, El hombre tranquilo, Alien, I y II (¿III?, no, III no). Sin perdón. Una jaula de grillos. El jovencito Frankenstein. Amelie.
En todas habría cabido Faye, en un papelito modesto pero importante: la soldado chicana, la enfermera, la vigilante de la playa (hay una playa en Contact y te imagino allí detrás del papá de Elly), el ángel celestial que sale de una tarta. Maldita sea, Faye, ¡pronto permitirán bodas homosexuales! Me dan ganas de ver por enésima vez Master and commander y que esta vez salgas tú. Aunque hay pocas mujeres, podrías ser una de las apetecibles nativas.
Intuyo que no eres mortal, pareces tan perfecta que es posible que no seas humana, que seas una replicante, como la Daryl Hannah de Blade Runner. La más perversa, mala, con la sangre más fría, y el pecho más terso. ¿Me darías Arsénico por compasión? ¿Me abandonarías por tu psiquiatra mientras yo enajenada te llamo Lola? Yo por ti prendería las mechas para volar el edificio Paker-Morris, cubriría las vacaciones de Batman y lucharía contra el crimen en Gothan City. Por ti, Faye, Marlene, Rita, Jessica, Susana, Ava, recogería la palangana de los escupitajos para ahorrarle la humillacíón a Dean, y me interpondría entre Kane y los cuatro pistoleros antes del atardecer. Me bajaría al moro y me traería el costo en el culo. Por ti. Para demostrarte lo mucho que te deseo, memorizaría pasajes de la Iliada, atravesaría océanos de tiempo, moriría para salvar a mi hija desconocida en Sin City. Un viaje a Hiroshima, una estancia de tres meses en Katowice o en el Infierno, un juicio interminable por daños y perjuicios a terceros, lo que me pidas, lo que desees, lo que te guste, nena. Lo haré por ti.

2 comentarios:

Riforfo Rex dijo...

Esa mujer se te está metiendo en la sangre, como una sanguijuela de esas de los trópicos que te recorre el cuerpo por debajo de la piel y ves el bultito desplazándose.

Pilar dijo...

:)