¡Ay! Me acabo de dar cuenta. A lo tuyo no podré acudir. Qué lastima. Es que es la tarde en que los adventistas del Séptimo Día nos reunimos en el Tabernáculo. Y ya me dirás. No puedo anteponer tu capricho al del Señor, que me da pánico ir al Infierno. Además, también tengo dentista, la casualidad, oye. Un transplante de médula, una sesión de hipnosis para dejar de fumar y la visita bianual de mis hijos. Que me disculpes, que ni lo notarás, que la próxima fijo que conmigo puedes contar. Estoy segura de que no será la única vez que te vas a casar.
Dios va con las amarillas |
4 comentarios:
Bla Bla Bla, Dios va con las verdes porque lo digo yo. Y tú no eres adventista ni tienes dentista aunque seas un capricho del señor. Ni yo.
A
Pd. deja de casarte y empieza a contar.
Jaja, lo bueno es que le menciona en sus oraciones diarias.
jajaja buenísimo. Y ese final... encima de no ir y poner escusas, con mala leche!!! Si eres un cardo borriquero y no te aguanta ni Dios, ya me llamarás para las próximas bodas jajaj
saludillos
Abrazos Yun, Puck, A.
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