domingo, 24 de julio de 2011

Síndrome de Tourette

Umberto Eco se masturba pensando en Kafka mientras decenas de personas son asesinadas en Noruega. El país con el mejor sistema educativo del mundo, frío para reventar, una tasa bajísima de paro y locos como en cualquier lado. Mientras, Amy en su apartamento de Camden se pone ciega de anfetas y cocaína, probablemente  hastiada tras 27 años de soledad. Que no son 100. Ni 27 en realidad. Pongamos que recuerda su infelicidad desde los 5 o 6 años. Pues serían “22 años de soledad”. Aquí el título de la biografía con la que algún hijodeputa aprovechado se forrará. 
Sin querer, Amy ha jorobado el mercadillo dominical de Camden Town y ha dejado a un turista con las ganas de comprar varios de los famosos y utilísimos mandos a distancia para controlar mujeres, y venderlos en Ciudad Real. Donde sí que hacen falta por la conocida rebeldía de la hembra culiparda. 
Susi, mi vecina de al lado, se ha bajado ciento diez canciones de Youtube en  lo que va de día y está colgando por todas las webs conocidas y blogs con audiencia bajísima montones de música gratis y vídeos hechos por ella. Lo hace por mí, para vengarse. Por eso no la culpo cuando me dice que le da igual lo de Amy, le da igual lo de Oslo y le da igual lo del mercadillo de mierda ese. Me cuenta que ha metido un virus en la Web Sheriff de las narices por amor. Por amor a mí y porque es un poco cabrona.
A Susi no la juzgo.  Ahora, Umberto Eco no tiene perdón de Dios.

5 comentarios:

Riforfo Rex dijo...

¿Por qué está siempre mal visto el sexo? En cambio, la soledad, tiene un halo de mítica belleza. ¡una m...!

Pilar dijo...

Ni idea. Yo el sexo no lo veo mal, más bien al revés; la soledad, sin embargo, me gusta regular.
Otra cosa es lo de U. Eco.

Riforfo Rex dijo...

Reivindico el derecho de don Umberto - y el mío propio - a masturbarnos pensando en Kafka.(yo a lo mejor me decantaría por Becket, pero es que yo soy más de lo irlandés)

Pilar dijo...

Que sí, que la homosexualidad me parece ideal. Reivindicación absolutamente cabal.

Juanjo Rodríguez dijo...

Yo no me creo que nadie se masturbe pensando en Kafka, y mirando su foto menos. Me lo voy a tomar como una licencia literaria de muy poca verosimilitud.